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Alfa y omega.

Tal vez no había sido una buena idea.

Ni siquiera sabe porqué lo hizo, pero Jimin ha enviado una de las fotografías que se tomó. Y la ha mandado justamente al alfa que se encuentra en la habitación que está frente a la suya.

No sabe de dónde salió eso, pero sabe que fue demasiado tarde para eliminarlo porque Jungkook lo vio segundos después.

Mierda, lo había visto. Jimin quería ponerse a llorar.

Fue en un arranque de celos que tomó su celular y abrió el chat que tenía con Jungkook. Solo recuerda haber seleccionado la imagen y presionar "enviar". Pero cuando se dio cuenta realmente de lo que había hecho, sus manos comenzaron a temblar y la respuesta de Jungkook llegó más rápido de lo que esperaba.

Sus mejillas estaban hirviendo y el cuerpo entero le temblaba con nerviosismo. Oh, mierda. Mierda. Mierda.

El omega se paseaba ansiosamente por la habitación. ¿Jungkook se habría molestado? ¿Qué habrá pensado de ver la fotografía? ¿Le habrá gustado? ¿O lo habría comparado con alguna otra omega? ¿Creería que eso era de muy mal gusto? ¿Pensaría que era un ofrecido?

Casi inconscientemente comenzó a sollozar. Su omega se encogía apenado de haber ofendido al alfa. Desearía haberlo pensado bien.

Estaba mordiéndose las uñas cuando la puerta de su habitación fue golpeada suavemente y él quiso desaparecer del mundo justo en ese momento. Miró a todos lados, esperando encontrar un lugar para esconderse. ¿Podría meterse debajo de la cama?

—Jimin... ¿podrías abrir la puerta? —la voz de Jungkook. No sabe porqué esperó escuchar a alguien más.

El omega comenzó a negar con su cabeza.

—Y-Yo... eh... estoy un poco enfermo —mintió.

Tosió un poco, esperando que el alfa se lo creyera.

Pero escuchó unas risitas del otro lado de la puerta que hicieron a su omega agitarse.

—Sé que eso no es cierto, te vi perfectamente sano cuando llegué —dijo en cambio. Jimin ya había comenzado a llorar de la vergüenza—. ¿Podrías abrir la puerta, pequeño? Por favor.

El omega de Jimin, a pesar de estar muriendo de la pena, se sintió complacido con aquel tierno apodo. Park soltó un chillido.

Eso alertó al alfa de Jungkook.

—Jimin... abre la puerta por favor. Prometo no decir nada.

El castaño esperó pacientemente, escuchó suaves pasos que se acercaban y luego los brillosos ojos de Jimin lo saludaron, él se tensó.

—¿Por qué estás llorando, lindo omega? —preguntó cariñosamente.

Jimin estaba por echarse a llorar más fuertemente entre sus brazos. Abrió más la puerta de su habitación.

—¿No estás enojado con... conmigo? —sus labios formaron un puchero tan tierno que Jungkook se resistió a besar.

—¿Por qué estaría enojado contigo, pequeño?

—Y-Yo... lo siento, siento mucho haberte incomodado —Jimin sorbió por su nariz—. Fue un error, no quise hacerlo... no quiero que pienses que soy un omega ofrecido.

Jungkook levantó sus manos hasta tomar el rostro apenado de Jimin, haciéndolo callar.

—No, no. Jamás podría pensar eso de ti —el alfa limpió con sus pulgares las lágrimas calientes que seguían saliendo—. No me incomodaste, Jimin. Fue más bien... todo lo contrario.

—¿A qué te refieres? —preguntó con cautela. Sin darse cuenta que la distancia estaba disminuyendo entre ellos.

—A que, eres el omega más bello que he visto —declaró, con la mirada en sus labios—. Y estoy haciendo un gran esfuerzo para no sacarte esas lindas bragas que llevas y tomarte justo ahora.

Jimin tragó saliva, sintiendo una ola de lubricante salir de su agujero al escuchar las palabras del alfa.

Sí, sí, alfa. Tómame justo aquí.

Estaba sorprendido, sorprendido y muy, muy caliente. Jungkook había dicho que era el omega más bello que ha visto, ¿estaba soñando acaso? ¿Él realmente estaba ahí y no es producto de uno de sus sueños húmedos?

—Alfa... —susurró. Pegándose más al castaño, quien posó las manos en su cintura, Jimin llevaba solamente la camiseta con la que lo había visto al llegar. Y estaba deseando bajar más las manos hasta sentir la tierna carne de su trasero.

—¿Sí, pequeño?

—Tócame —pidió con un hilo de voz—. Tócame, Jungkook —repitió, deseando sentir las manos del alfa por todas partes.

—Por supuesto, cariño —y él en serio estaba maravillado con aquel lado tan provocativo de Jimin. Sus ojos no dejaban de mirar sus labios rojos de tanto mordérselos. Apretó su cintura—. Siento que moriré si no logro besarte en los próximos diez segundos.

Fue entonces que Jimin se quedó estático, Jungkook quería besarlo, él quería ser besado. Asintió de inmediato, casi suplicando tener este encuentro con el alfa.

Todavía no podía creérselo, porque él estaba ahí, demasiado cerca, sujetándolo y marcándolo inconscientemente con su aroma a whisky.

Cuando el alfa pudo observar la sorpresa en los ojos del omega, creyó que lo había asustado. Pero luego asintió con convicción, soltando feromonas atrayentes para el alfa.

Y Jungkook solo pudo atinar a complacerlo. Él lo besó.

Sus bocas se encontraron rápidamente, una de sus manos subió hasta la nuca del rizado, tomándolo por sus cabellos. Ladeó su cabeza, buscando tener más acceso a aquellos labios con los que había fantaseado tanto.

Sus lenguas se tocaron y entonces Jimin soltó un gemido de satisfacción. Jungkook caminó dentro de la habitación, maniobrando para adentrarse con Jimin y cerrar la puerta a sus espaldas. Lo que fuera que pasara, él colocó el pestillo de la puerta. Solo por precaución.

Jimin ya sentía su ropa interior demasiado húmeda, su entrada goteando y al no llevar nada más, debajo, su lubricante ya estaba recorriendo sus muslos. Pronto la habitación se llenó del aroma tan característico de la excitación. Jungkook olisqueó el lugar, nada se comparaba con el aroma tan delicioso de Jimin.

Sus lenguas danzaban juntas cada vez que se encontraban y el alfa hacía esto de succionar su labio inferior de vez en cuando, arrancándole sonidos de goce al omega.

Por su parte, Jungkook sentía su erección tan hinchada que necesitaba un lugar donde descargarse rápidamente porque el sabor de Jimin en su boca era puramente magnífico.

La parte interna de las rodillas del rizado chocaron con la cama y el alfa aprovechó para recostarlo.

Podría estar soñando, porque tener a Jimin con los labios hinchados y rojos, sumándole su mirada perversa y brillosa, con el cabello revuelto y oliendo de esa forma tan excitante, eso era demasiado para el alfa.

Quien volvió a estar arriba de él de inmediato. Jimin abrió sus piernas para darle espacio a Jungkook de situarse entre ellas. El castaño echó un rápido vistazo a la parte baja del omega. La camiseta que llevaba se había levantado y ahora el erecto miembro de Jimin se marcaba bajo las bragas, las cuales también tenían un estado desastroso, mojadas en lubricante.

Jimin soltó un chillido para que Jungkook volviera a besarlo. Y no podían culparlo, se sentía un poco necesitado ahora. Necesitaba sentir de nuevo la boca caliente del alfa contra la suya.

El ojiazul se dedicó a atender al omega, volvió a besarlo, con ferocidad. Lamiendo sus labios y olfateando el aroma a frutos rojos que desprendía.

Comenzaron a frotarse, sus pollas duras y necesitadas de atención se encontraron por debajo de la ropa y cuando Jungkook comenzó a simular embestidas, Jimin supo que no duraría mucho.

Le daba un poco de vergüenza admitirlo, pero las sensaciones eran muchas y él nunca había estado con nadie de esta forma, era algo completamente nuevo. Así que si, Jimin sentía su orgasmo cerca.

Jungkook se separó de él, bajando sus besos por su barbilla y luego por su cuello. Saboreando entre sus labios esa porción de piel donde el aroma del omega estaba más concentrado.

Lamió y chupó algunas marcas, no pudo resistirse a hacerlo. El cuello de Jimin adornado con marcas hechas por él resultaba una fantasía bastante provocativa.

El omega se retorcía debajo de él, jadeando roncamente en su oído.

—K-Kook... mmmh —gimió cuando el alfa raspó con sus colmillos la dermis suave de Jimin.

Cuando Jungkook llegó hasta sus clavículas descubiertas, miró a Jimin a los ojos.

—¿Puedo quitarte esto, amor? —preguntó, levantando un poco la camiseta del omega, para darle a entender que era la prenda de la que estaba hablando.

—S-Sí, sí —asintió enseguida.

Así que el alfa subió la camisa hasta dejar al descubierto su torso y luego ayudó a Jimin a sacarla completamente. Su alfa vibró en su pecho y él tomó con su boca uno de los pezones rosados del omega. Quien enterró una de sus manos en las hebras castañas de Jungkook. La otra se mantuvo apretando las sábanas.

La lengua del mayor sobre su pezón estaba llevándolo al borde sin siquiera estimular su miembro. Jungkook lo tomó con sus dientes y mordió cariñosamente antes de pasar al otro. Besando y chupando marcas también.

Su boca siguió bajando, dejando un camino de besos por su pecho y luego su estómago, Jungkook besó la pequeña pancita del omega y sonrió al escuchar risas suaves en la habitación. Sucede que, él estaba perdidamente enamorado de la risa de Jimin. Y esa melodía se incrustaba profundamente en su alma, curándolo cuando tenía un mal día.

Jungkook besó debajo del ombligo y luego pasó a su cadera, donde mordió ligeramente la carne, dejando una marca de sus dientes. Eso dejó satisfecho al alfa, quien estando más abajo, pudo apreciar mejor el aroma del lubricante chorreando.

La boca del mayor se hizo agua y salivó, llenándose las fosas nasales de su olor.

—¿Puedo terminar de desnudarte, cariño? —Jungkook acarició la tela de sus bragas, sintiendo el fino algodón.

Jimin aceptó, levantando sus caderas para que el más alto pudiera despojarlo de esa molesta prenda. Jungkook las tomó del borde y bajó lentamente, dejando al descubierto el pene rojizo y goteando pre semen del omega. Quien miró hacia arriba, evitando observar la reacción del alfa.

No podía evitar sentirse algo inseguro. Jungkook había estado con varias omegas, él nunca había estado con ningún alfa. Y el pensar que Jeon lo dejaría por no ser suficientemente lindo estaba haciéndolo sonrojar.

Cuando su ropa interior fue a dar al piso. Él trató de cerrar sus piernas al ser consciente de su desnudez. Fue en vano, porque sus piernas fueron abiertas nuevamente al ser tomado de las rodillas y obligarlo a quedar expuesto.

Jimin ahogó un jadeo ante el repentino movimiento. Su entrada roja y goteante quedó al descubierto y su erección golpeó contra su vientre.

Miró con sorpresa a Jungkook, quien sonrió de lado y se inclinó a besar su tobillo desnudo.

—Lo siento —se disculpó con cautela.

Fue subiendo hasta besar su pantorrilla. Jimin cerró un momento los ojos, pero después se dejó llevar por la intriga y sus ojos bajaron hasta ver al alfa recorrer un camino de besos al interior de su muslo.

—No debes avergonzarte, omega —habló con los labios pegados a su piel—. Te veo y no siento más que deseo por ti. Eres hermoso, el omega más lindo que he visto —susurró—. Y tu cuerpo es maravilloso también.

Jimin gimió con premura cuando el aliento del alfa golpeó contra su entrada, la cual ansiaba algo dentro para calmar el calor y el deseo que estaba sintiendo. Jimin sentía su agujero cerrarse ante algo inexistente, buscando el nudo del alfa.

—Kook... —se quejó en voz baja.

—¿Sí, Jim? ¿Sucede algo?

—Oh, mierda... sí, sí —gimió agudo cuando sintió la gran mano del alfa rodear su erección. Comenzando un lento vaivén que estaba mojando mucho más a Jimin.

Jungkook tiró hacia arriba, haciendo que más pre semen saliera de la punta de su polla. El alfa se agachó hasta tomarlo con su boca, saboreando las gotas de aquel líquido viscoso. Chupó el glande y el omega gimió fuertemente ante esa acción. Volvió a repetirlo, solo para escuchar a Jimin gemir su nombre una y otra vez. Su lengua bajó por todo el falo de su erección, sintiendo la punta de la polla ajena golpeando su garganta.

Su cabeza subía y bajaba, sintiendo como los dedos de Jimin jalaban sus cabellos, eso solo hacía que chupara con más ímpetu.

Pero él tenía en mente otra cosa. Y llevaba saboreándolo en la punta de su lengua, su nariz picaba y su miembro dolía.

Dejó ir la erección de Jimin, quien soltó un chillido de molestia y satisfacción al mismo tiempo. Lo vio con el ceño fruncido.

Pero Jungkook se apresuró a subir hasta su boca y besarlo nuevamente. El omega se saboreó a sí mismo desde los labios del alfa, puede decir que eso es lo más sexy que había hecho jamás.

Soltó un gemido cuando las manos de Jungkook bajaron hasta apretar las mejillas de su culo y sintiendo el aliento cálido del castaño en su oído, escuchó un suave murmuro.

—Estoy deseando tanto probarte, omega —de solo imaginarlo, Jimin empapaba nuevamente las mantas con su lubricante saliendo en grandes cantidades—. ¿Puedo hacerlo? ¿Dejas que te haga mío con mi boca?

—Sí. Sí, a-alfa —asintió. Besando a Jungkook con ternura, tomándolo de las mejillas para pegar sus labios con los del mayor—. Hazlo, por favor.

Jungkook se despegó de él, dejando ir la caliente boca de Jimin para bajar despacio.

Su alfa rugió cuando otra ola de lubricante salió del agujero del omega. Jungkook tomó uno de los almohadones de Jimin para posarlo debajo de su espalda baja y así facilitar el acceso.

—Deja tus piernas abiertas, cariño —pidió con voz grave.

Y de un momento a otro, Jungkook ya había enterrado su rostro entre su trasero, dejando que su lengua viajara alrededor de su entrada. Lamiendo el lubricante que salía y saboreando aquel líquido que no dejaba de escapar, manchándose la barbilla y dejando leves gotas en su barba incipiente.

A Jimin le estaban haciendo cosquillas los vellos faciales del alfa. Pero luego hacía un movimiento con su lengua que terminaba por destruirlo y su boca se abría en busca de aire.

Apretó las sábanas con fuerza y quiso juntar sus rodillas cuando Jungkook introdujo su lengua en su entrada, follándolo con esta misma.

—Oh, ¡sí, sí! —gritó por lo alto. Jungkook apretó su culo—. Justo así, K-Kook.

El alfa siguió comiéndolo, deslizando su lengua dentro y fuera, queriendo tomar lo más posible del omega, porque estaba sediento. Y solo su lubricante con ese sabor tan delicioso lograba calmarlo.

Sus ojos se dirigían de vez en cuando hacia arriba, observando las expresiones del rizado cuando tensaba su lengua y lo penetraba con la misma. Jimin arrugó las sábanas que tenía debajo de su cuerpo desnudo, tomándolas en un puño y tensando su vientre debido al placer.

Jungkook se separó y lo miró con los ojos completamente oscuros.

—Sabes a fresas, amor —exclamó ronco—. Tu sabor me está volviendo loco, sabes delicioso —apremió, acariciando de arriba abajo la cintura de Jimin.

El omega se sintió complacido con esa última frase, lo tomó perfectamente como un halago, soltando un suave gruñido de satisfacción. Jimin lo detuvo cuando Jungkook quiso enterrar el rostro entre las mejillas de su culo, cerró sus piernas y se inclinó en la cama con ayuda de sus codos para ver al castaño, quien lucía indignado.

—Jungkook... a-anúdame, por favor —pidió con la voz entre cortada—. Estoy deseando tanto sentirte dentro de mí, alfa. Fóllame.

—Aún no —sentenció sin pensarlo. Pero al ver el rostro de Jimin quiso golpearse de inmediato por su tono.

El omega quiso encogerse en su lugar al escucharlo. ¿Había hecho algo mal? Sabía que no era nada experto, pero al menos estaba intentándolo. Jimin estaba completamente desnudo, su cuerpo brillaba con la leve capa de sudor que cubría su dermis, los lunares en su cadera formaban constelaciones.

En cambio, Jungkook seguía vestido y se había negado rotundamente a anudarlo. O tal vez él había confundido las cosas un poco.

Esto no era por Jimin, solo un instinto de alfa queriendo tomar todo del primer omega que viera para satisfacerse a sí mismo. ¿Estaba usándolo acaso?

No, no se esperaba eso de él. No de Jungkook. Se negaba completamente a creer que este alfa frente a él podía hacer algo como eso.

Pero aún así, no dejó de sentirse expuesto y un poquito humillado. Ahora que estaba más lúcido, sin pensar por medio de la excitación, no podía creer que había gemido el nombre del alfa, el alfa del que estaba enamorado. Y él había gritado por más, había rogado por tener su polla dentro.

Él definitivamente se sentía avergonzado.

Y Jungkook. Jungkook comenzó a inquietarse cuando vio Jimin lagrimear.

Tranquilo, mi omega.

—¿Jimin? ¿Qué sucede, cariño? —preguntó preocupado.

Él negó con su cabeza, intentando tomar una de sus almohadas para cubrirse. Al notar sus intenciones, Jungkook lo tomó suavemente de la muñeca para detenerlo, y las mejillas de Jimin se tiñeron de color rosa.

—Y-Yo... —dijo apenado—. Lo siento, siento mucho molestarte —sollozó—. No sé qué me pasó, me dejé llevar... no quise ofenderte, Kook. Ni tampoco quiero que pienses que estoy desesperado...

—¡No! —gritó, espantando a Jimin. Él se aclaró la garganta—. No, pequeño. Jamás podría pensar eso de ti. ¿Quieres parar? ¿Es eso? Podemos detenernos si quieres.

—¿No quieres anudarme? —preguntó con la voz rota. Jungkook no supo cómo responder. Jimin pareció entenderlo y le dio una sonrisa tímida—. Lo entiendo, alfa. Está bien...

—No, no lo está —interrumpió—. Quiero hacerlo, no sabes cuantas veces he fantaseado con este momento —admitió bajito—. Pero, sobre todo, deseo hacerte sentir seguro, amor. Y yo... no sé cómo preguntar esto —soltó unas suaves risas nerviosas—. Uhm, tú has... ya sabes, antes...

Jimin quiso reír ante eso.

—¿Me estás preguntado si he tenido sexo antes? —Jungkook no sabía si quería o no escuchar la respuesta. Pero aún así, asintió—. No, nunca.

El alfa no sabía cómo sentirse al respecto. Por un lado, estaba satisfecho de que Jimin no había sido tocado por alguien más, aunque no debería sentirse de esa forma, tampoco debería sentirse celoso de solo pensarlo. De todos modos, ellos no eran nada.

Y, por otro lado, tenía esa sensación de que debía tratar a Jimin como merecía ser tratado en su primera vez. Debía cuidarlo, besar sus parpados con gentileza y acariciar su cintura de manera suave y delicada. Jungkook estaba muriendo por sumergirse en ese pequeño cuerpo y no dejarlo ir.

—Y tú... ¿Quieres esto? ¿Estás seguro? Entenderé por completo si te sientes inseguro al respecto, yo... uhm, puedo esperar por ti.

Jimin dejó ir la almohada que se encontraba abrazando, la cual ocultaba su torso. Tomó el rostro de Jungkook entre sus manos, acariciando sus mejillas. Se acercó hasta besarlo dulcemente, con cariño y dulzura. Todo lo que los omegas brindaban, todo lo que Jimin era.

El castaño quiso aferrarse a ese beso y no dejarlo ir. Porque los labios del omega sobre los suyos significaban todo lo que alguna vez había anhelado, la pureza y el amor.

Jimin lo dejó ir, dejando un último beso corto.

—Quiero hacerlo —admitió—. Quiero que tú lo hagas, alfa. Sé el primero, por favor.

Eso le calentó el pecho al alfa con un bonito sentimiento. Jungkook besó su hombro desnudo.

—Lo haré, omega —de pronto, Jungkook pareció recordar algo—. ¿Tienes condones?

Jimin lo miró como si estuviera bromeando.

—¿Acabas de preguntarme si tengo condones? —levantó una ceja—. Los tendría si tuviera una vida sexual activa.

—¿Tomas supresores? —preguntó en cambio.

Jimin negó con su cabeza.

—Los dejé porque no vi mejoría en mis celos, mi doctora dijo que los supresores controlarían un poco el dolor —Jeon comenzó a acariciar su muslo de arriba abajo, lo que hizo que perdiera un poco la concentración—. Pero... no fue así, entonces dejé de tomarlos.

El alfa dejó un suave beso en su estómago.

—Tengo un paquete en mi habitación, déjame ir por él —Jungkook hizo el intento de separarse.

—Alfa...

Su lobo aulló de satisfacción como cada vez que Jimin lo llamaba de esa forma.

—Volveré de inmediato, Jim —besó cortamente sus labios, el omega cedió.

Segundos después de que Jungkook dejara el cuarto, volvió con una caja pequeña en su mano derecha. La dejó en la mesita de noche que estaba a un lado.

Jimin aprovechó que Jungkook estaba de pie a lado de la cama y él se colocó en sus rodillas en la orilla de la misma. El alfa lo vio desde arriba, tomando su barbilla para alzar su cabeza y acariciar su mejilla con dulzura.

El omega tomó con cuidado el dobladillo de su camiseta oscura y acarició su duro abdomen con sus pulgares.

—Todavía estás vestido, Kook —lamentó, fingiendo pesar.

Jungkook respiró profundo cuando las manos suaves de Jimin se deslizaron debajo de su camisa, acariciando su estómago y subiendo por su torso.

—Desnúdame, amor —pidió con voz grave—. Si esto te impide tocarme apropiadamente, quítalo todo.

El omega hizo caso, completamente sumiso ante su tono demandante. Sacó sus manos del cuerpo de Jungkook y tiró de la prenda hacia arriba para deshacerse de su camisa. El alfa le ayudó un poco para poder quitarla por completo.

La tela cayó al suelo de la habitación. Donde seguramente presenciaría como dos cuerpos se fundían juntos y sus latidos se sincronizaban.

El torso del mayor quedó descubierto y no pudo dejar pasar la oportunidad de sentirlo bajo sus palmas.

Así que levantó su mano y la llevó a sus clavículas, delineando cada una con la punta de sus dedos cada una. Quiso pasar su lengua por ahí, quiso saborearlo, quiso besar y marcar cada una de ellas, quiso reclamar a Jungkook como suyo.

En los siguientes minutos, Jimin bajaría su mano hasta llegar a sus pectorales, trazaría patrones imaginarios en su piel, sentiría los pezones endurecidos del alfa bajo sus dedos. Jimin dejaría ir un poco la timidez y se acercaría hasta pasar su húmeda lengua por todo su abdomen, sintiendo la intensa mirada del alfa sobre él. Jimin lamería su cuerpo y dejaría una marca rojiza en su cadera.
Sentiría bajo las yemas de sus dedos el escaso vello del alfa que crecía debajo de su ombligo y bajaba hasta perderse en su pantalón. Y si Jimin miraba un poco más, sabría perfectamente lo mucho que le excitaba a Jungkook. Si el omega baja un poco más, entonces se toparía con la creciente erección del alfa.

El omega hizo todo aquello. Jungkook lo miró maravillado.

Y cuando el menor llegó hasta la orilla de su pantalón, él ladeó una sonrisa y miró hacia arriba.

—Uhm, y-yo... ¿Puedo intentar algo, Kook? —preguntó, dejando que los nervios se filtraran a través de su voz. El alfa amaba la manera en la que Jimin fingía su inocencia.

Si resultaba ser lo que Jungkook tenía en mente.

No duraría mucho.

—¿Qué quieres hacer, amor? —el castaño pasó su pulgar por los hinchados y rojos labios de Jimin. Estaba volviéndose loco por sentir su boquita alrededor de su polla.

Sí, él quería eso. Lo quería mucho.

—Quiero hacerte sentir bien, alfa —el omega saboreó la última palabra entre sus labios, pronunciándola de forma lenta y seductora. Jimin formó un puchero pequeñito—. Pero yo... n-no sé cómo hacerlo.

—¿Qué es lo que tienes en mente, corazón? —Jungkook enredó sus dedos entre los sedosos rizos de Jimin—. Tal vez pueda ayudarte un poco.

Y él quiso morir cuando observó el preciso instante en el que Jimin bajó su cabeza y lamió por encima de la tela de su pantalón el creciente bulto del alfa. El omega sintió la aspereza en su lengua, pero él quería que Jungkook captara la indirecta de lo que quería hacerle.

Así que cuando escuchó un suave gruñido de afirmación, Jimin tomó la cinturilla de su pantalón junto con el elástico de su bóxer para bajarlos lentamente. Jungkook pateó las prendas lejos y su pene erecto golpeó la barbilla de Jimin.

El omega no podía dejar de observarlo. Nunca había estado con un alfa antes, nunca había tenido una polla así de cerca. Pero en cuanto vio la desnudez de Jungkook, su boca salivó y sintió como lubricaba en exceso. Oh, sí. Él quería eso dentro de él lo más pronto posible.

Jungkook era grande, en todos los sentidos. Su polla gruesa goteaba pre semen, que se deslizaba en pequeñas gotas, delineando las venas y bajando hasta perderse en sus testículos.

Jimin se llevó sus propios dedos a su entrada para empaparse de lubricante y luego deslizarlo sobre la polla de Jungkook.

La tomó con su mano, dando un ligero y muy leve apretón en la base, justo donde se formaría su nudo. El alfa gimió ronco ante eso. Jungkook ya se sentía en el mismísimo cielo desde que sintió el primer contacto de la mano de Jimin en su miembro.

El omega comenzó un lento vaivén. Masajeando de arriba abajo la piel caliente y palpitante de su erección. Su mano se cerró alrededor del pene del alfa y los movimientos se hicieron más rápidos, subiendo y bajando su mano a un ritmo considerable, que estaba sacando suspiros y gemidos roncos de Jungkook.

El castaño pensaba que las manos de Jimin eran maravillosas. Y él era realmente bueno usándolas.

—Acércalo a tus labios, omega —ordenó suavemente. Acariciando el mentón de Jimin.

El menor le dio una mirada inocente desde abajo, cepillando sus parpados con las pestañas.

—¿Así, Kook? —los ojos verdes del omega lo miraron justo cuando sus labios se cerraron alrededor del glande. El rizado sintió el sabor amargo del pre semen.

Un espasmo recorrió el cuerpo de Jungkook cuando sintió la humedad de la boca del menor en la punta de su polla.

—Sí —afirmó, tomando su propio pene para empezar a bombear frente al chico de rodillas—. Vas a tomarlo con tu boca, amor. Usarás la lengua y tendrás cuidado con tus dientes. Serás mi buen omega, ¿cierto?

—Sí, alfa —Jimin pestañeó, su vista volviéndose a los ojos azules que lo observaban con lujuria desde arriba—. Seré un buen omega para ti.

Entonces, quitó la mano de Jungkook sobre su erección y la reemplazó por la suya, acarició de arriba abajo al mismo tiempo que acercaba su cabeza. Repitió el mismo movimiento del principio y chupó la punta, tomándose más tiempo en ello.

Jimin dejó ir el glande y sacó su lengua para lamer desde la base hasta la punta en una sola línea. Cuando creyó estar listo para tomarlo, relajó su garganta y lo metió a su boca, chupando lo que podía. Una de sus manos se mantuvo en su rodilla y con la otra masajeó los testículos de alfa.

Jungkook tiró su cabeza hacia atrás cuando sintió la húmeda boca de Jimin rodearlo y chupar despacio, tensando su lengua y moviéndola en círculos alrededor de su erección.

—Oh, Dios... —el alfa se mordió el labio—. Tu boca es maravillosa.

El omega se sonrojó ante eso y como agradecimiento, ahuecó sus mejillas y sus labios se cerraron perfectamente alrededor de la polla del castaño.

Jimin sentía el sabor de Jungkook en toda su cavidad y el alfa estaba tan excitado con el aroma a lubricante que inundaba la habitación.

Pronto, el lugar se llenó de los gruñidos del alfa, quien murmuraba halagos hacia el omega y soltaba una que otra maldición cuando Jimin hacía esto de apretar con su mano la base de su pene y lamer con más ganas.

¿Jimin le había mentido sobre hacer esto con alguien más?

Y cuando el rizado le regaló una mirada afiebrada, con sus ojos llorosos, el cabello despeinado y las mejillas sonrojadas, Jungkook sintió que cayó al infierno por un momento.

Era la imagen más excitante que había visto nunca. Jimin desnudo, de rodillas y chupando su polla con orgullo. Él probablemente iría al infierno por desear ver esto el resto de su vida.

El propio miembro del omega dolía, se erguía duramente entre sus piernas y Park llevó una de sus manos para comenzar a masajear, tratando de deshacerse de esa necesidad.

Sentía su mandíbula tensa y su garganta cansada, así que bajó un poco el ritmo, se alejó, haciendo un sonido obsceno y dejando un hilo de saliva entre su boca y la erección de Jungkook.

Jimin tragó, sintiendo el sabor del alfa en su paladar. Él parpadeó para deshacerse de las lágrimas acumuladas en sus orbes.

—P-Por favor... —pidió, tirando de su pene hacia arriba—. Por favor, Kook.

—¿Qué necesitas, cariño? —el alfa acarició su mejilla con delicadeza.

—A ti —admitió—. Te necesito a ti, por favor, alfa.

Él no podía decirle que no a Jimin, aunque quisiera. Jungkook lo deseaba tanto como él. Y su lobo gruñó satisfecho al escuchar esa palabra salir de los labios del omega.

Así que se agachó hasta tomar su cintura y atraerlo hacia él. Jeon lo levantó por los muslos, de la cama y el menor se aferró a sus hombros desnudos, enredando sus piernas alrededor de las caderas del alfa. Sintió la dura polla de Jungkook rozar contra su entrada y él gimió porque si, quería más de ese contacto.

El lubricante de Jimin resbaló y una gran cantidad mojó la entrepierna del alfa. El mayor lo besó, sujetándolo fuertemente para que no cayera, lo besó hambriento, sin importarle dónde estuvo la boca del omega minutos antes.

Sus lenguas se encontraron y Jungkook mordió su labio inferior cuando Jimin restregó más su trasero contra el miembro del alfa. Los dedos del omega se deslizaron entre los cabellos marrones de Jungkook y soltó un gemido cuando su culo fue apretado por unas grandes manos.

El ojiazul deslizó un dedo hasta su entrada, tanteando el agujero del omega y llenándose de lubricante.

La posición estaba resultando un poco incómoda estando de pie. Así que el alfa caminó hasta la cama y recostó con cuidado a Jimin, aún sin despegarse de sus labios, los cuales se movían en sincronía.

Park abrió sus piernas para que Jeon se colocara entre ellas. Él lo hizo, quedando encima del omega, cuidando no aplastarlo.

Y mientras seguían besándose entre chasquidos ruidosos y jadeos profundos, una mano se deslizó de la cintura de Jimin hasta su cadera y luego su muslo. Los dedos de Jungkook terminaron tanteando su entrada.

—Tengo que... —un beso—. Tengo que prepararte, Jim.

Jimin dejó un beso en su mandíbula.

—S-Sí, por supuesto.

Jungkook asintió y enterró su rostro en el cuello del omega justo cuando introdujo un dedo en su interior. El lubricante empapaba las sábanas y la mano del alfa. Su interior estaba caliente y muy, muy mojado, haciendo que se deslizara fácilmente.

Jimin sintió ligeramente la intromisión, estaba tan resbaladizo que él en verdad necesitaba más que eso para saciar sus deseos. Él quería la polla del alfa.

El castaño movió su dedo corazón lentamente, de adentro hacia afuera, mientras dejaba besos húmedos en el cuello del omega.

Le siguió un segundo, deslizándose sin presiones dentro del omega. Los gemidos del menor tronaban en sus oídos, moviendo su muñeca más rápido.

—¡Sí! —exclamó el omega cuando los dedos de Jungkook tocaron un punto dentro de él—. Justo ahí, justo ahí.

El alfa repitió el movimiento, encorvando sus dedos cuando estuvieron completamente dentro.

Más líquido salió de él y se llevó los dedos a la boca para probarlo de nuevo, antes de volver al agujero del omega e introducir tres dígitos dentro.

Sus movimientos eran frenéticos, buscando abrir a Jimin para que no le fuera tan difícil tomarlo.

—Alfa... Dios... —una mano de Jimin se deslizó hasta su pezón izquierdo para apretarlo.

—Tan hermoso, omega —Jungkook mordió su hombro suavemente, sacando sus dedos para propinarle un suave azote al culo de Jimin—. Tan dócil y abierto para mí.

—E-Estoy cerca, Kook —gimió, balanceando sus caderas, en busca de más contacto.

Los dedos del mayor volvieron cuando escuchó al más bajo. Los adentró bruscamente y movió su mano rápidamente, buscando el orgasmo del omega.

Jimin soltó un chillido de alerta y trató de alejar a Jungkook. El alfa se apartó justo cuando el ojiverde juntó sus rodillas temblorosas y un chorro de lubricante salió disparado, mojando las sábanas.

—Oh, mierda —gimió agudo.

Jungkook lamió sus propios dedos mojados y arrugados por el lubricante. El sabor a fresas era exquisito, estaba seguro de que jamás había probado algo tan delicioso como el sabor de Jimin.

—¿Estás listo, amor? —preguntó el alfa. Dejando un pequeño besito en una de las rodillas de Jimin antes de separarlas nuevamente. Dejando ver su miembro rojizo y su entrada palpitando.

—Uhm... y-yo... —balbuceó, aún nublado por el reciente orgasmo—. Sí, lo estoy.

—Bien —Jungkook volvió a subir, quedando frente al rostro sonrosado del omega.

Lo besó repetidas veces en la boca y luego se separó para estirarse hacia la mesita de noche. Tomó el empaque plateado del preservativo y lo abrió con cuidado, sus dedos rasgaron el empaque y sacó el condón. Lo colocó con maestría hasta que cubrió su pene y luego frotó la punta en la entrada de Jimin.

Al omega no le gustaban estos juegos previos, Jimin necesitaba al alfa dentro de él. Así que soltó un quejido y Jungkook sonrió de lado.

—Tranquilo, omega —calmó—. Voy a entrar despacio, ¿sí?

El menor asintió lentamente con su cabeza. Y en un momento donde su mente se aclaró, sus ojos se desviaron al cuello del alfa y su ceño se frunció con molestia.

—Espera —dijo. Jungkook se detuvo en ese instante y se mantuvo estático.

Hasta que el ojiverde lo tomó de la mejilla y lo acercó hasta su rostro. El castaño creyó que lo besaría, ese no fue el caso porque los labios de Jimin se desviaron hasta debajo de su mentón y luego sintió la húmeda lengua del omega lamer una porción de piel en su cuello. Park succionó justo donde estaba una marca rojiza.

Él no había hecho esa marca. Y la recordaba porque vio a Jungkook llegar con ella.

Así que marcó por encima y terminó por hacerla más grande y colorada. Dio un pequeño mordisco al hombro de Jungkook.

—¿Acabas de marcarme? —el alfa soltó unas risitas.

—No me gusta como lucía en ti —declaró—. Y no me gusta porque no la hice yo.

El mayor pasó saliva. Oh, definitivamente amaba este modo tan provocativo del omega.

Jungkook tomó su polla y la colocó justo en la entrada lubricada de Jimin. Él lo miró a los ojos y poco a poco fue adentrándose.

Para cuando el glande quedó envuelto, Jungkook creía que se desmayaría. Fue abriéndose paso, despacio y con cuidado, esperando no lastimar al pequeño.

Jimin ahogó un jadeo cuando quedó completamente dentro de él. Era una nueva sensación, pero la estaba disfrutando porque se sentía lleno por completo. Se ajustaba tan bien a Jungkook, encajaban tan bien.

Jeon trató de acomodarse para comenzar con las embestidas, pero el rostro del omega se contrajo y soltó un quejido lastimero.

—¿Amor? ¿Te ha dolido? —preguntó, con sus ojos muy abiertos—. Lo siento mucho. Espera, espera...

—Estoy bien, pero... eres increíblemente grande —asintió Jimin, soltando un profundo suspiro—. Solo... bésame, por favor. Bésame, Kook.

Él aceptó, tomando su mano para entrelazar sus dedos a un lado de la cabeza de Jimin. Su otra mano recorrió la piel caliente y suave de su pierna, subiendo hasta apretar una mejilla de su trasero.

Jungkook lo besó fuertemente cuando dio la primera estocada. Saliendo y entrando despacio nuevamente. Jimin se abrazó a su espalda al sentirlo deslizarse dentro de él.

Los minutos comenzaron a pasar. El omega se sentía menos tenso. Su agujero ya no dolía ante la intromisión, la sensación incómoda del principio comenzó a pasar y en su lugar dejó la profunda necesidad de ser follado fuertemente.

Jungkook ya entraba y salía un poco más rápido que al principio. Jimin lo recibía tan bien, se ajustaba muy bien a su polla y sus dedos recorrían su espalda de arriba abajo.

Entonces, la habitación se llenó de jadeos y gruñidos cuando las embestidas incrementaron, volviéndose más rítmicas. Los gemidos del rizado se colaban por sus oídos y terminaban en su pecho, con su alfa aullando y queriendo satisfacer todas las peticiones del menor cada vez que decía algo parecido a "más rápido" o "así, por favor".

Ninguno parecía pensar con claridad en ese momento. Jungkook sentía su polla siendo aprisionada por las paredes calientes de Jimin y eso solo hacía que moviera sus caderas con más fuerza.

—¡Kook! —gritó el menor—. Oh, s-sí, sí. Justo así.

Jungkook soltó la mano que mantenía unida con Jimin y tiró de sus rizos hacia atrás mientras seguía penetrándolo con fuerza.

—¿Sientes eso, cariño? —le dijo al oído—. Eres maravilloso, ojalá pudieras ver cómo me tomas. Tan perfecto y caliente.

—Fóllame —Jimin se abrazó a su espalda y encajó sus tobillos en la espalda baja del alfa—. Fóllame. Oh, Dios...

Jungkook se enterró con brusquedad en él. Tomando su culo para sujetarlo bien y comenzar a embestir con dureza.

Su nariz se enterró entre el hombro y la cabeza de Jimin, olfateando la fuente de su aroma. Sus dientes rasparon una parte específica de su cuello, justo por encima de donde va la marca del lazo. El omega se estremeció ante eso debido a la zona tan sensible que era.

La polla del mayor entraba y salía de él, golpeando sus testículos contra el trasero del omega, logrando chasquidos que resonaban en la habitación. La cama rechinaba en cada movimiento y Jimin sentía que en cualquier momento él se desmayaría debido al placer.

El lubricante no dejó de salir y en cada estocada, una gran cantidad de este líquido de filtraba por su entrada, volviendo más resbaladizo y ruidoso.

El omega no dejó de gemir en ningún momento. Pero cuando el castaño dio una embestida certera, su cuerpo dio una sacudida y su boca se abrió. Había dado justo en su punto.

—¿Justo ahí? —ladeó una sonrisa arrogante. Y el omega rasguñó su espalda.

—Mierda, sí —dijo él.

Jimin miró a Jungkook con los ojos cristalizados por el placer y los labios hinchados por mordérselos tanto, intentando acallar sus jadeos. El alfa lo besó para silenciarlo. Ladeando su cabeza para poder recorrer toda la boca de Jimin.

Jungkook sintió su nudo comenzar a formarse. Así que tomó el cuerpo tembloroso del omega para voltearlos y Jimin fue tomado de sorpresa cuando en un ágil movimiento, quedó encima de Jungkook.

Oh, vaya...

El mayor aprovechó para acariciar la esbelta cintura del chico sobre él.

¿Jungkook quería que lo montara? Eso era nuevo.

En realidad, todo lo era.

—Yo... no sé hacerlo —Jimin se sonrojó con timidez—. Nunca hice esto antes.

Jeon tomó su cadera para apretarla ligeramente en un gesto que trataba de relajar al pequeño, demostrarle que todo estaba bien.

—Solo salta sobre mí, cariño —mencionó como si nada. Restándole importancia.

Bien, él podía hacerlo. Él podía montar a Jungkook, por supuesto. No estaba para nada nervioso porque ahora él marcaba el ritmo.

Su omega comenzó a inquietarse en su interior y quiso morir de la vergüenza porque ahora estaba siendo observado atentamente por el alfa. Quería impresionarlo, quería causarle placer y ver sus venas marcándose en su cuello.

Jimin tragó saliva y apoyó sus manos en el pecho tatuado de Jungkook antes de comenzar un movimiento suave de caderas. Sintió unas fuertes manos apretando su trasero y él tomó un poco más de confianza en sí mismo para dar pequeños saltitos, mirando al mayor directo a los ojos.

Saltó sobre su polla, apoyándose de sus rodillas para subir y bajar alrededor de Jungkook. Quien comenzó a soltar suaves gemidos roncos al sentir como Jimin se apretaba alrededor de su miembro.

Delineó las curvas del omega mientras veía como sus rizos se sacudían. Disfrutó de ver al ojiverde cabalgando sobre su erección. Soltando gemidos cada vez que el glande tocaba la próstata de Jimin.

Los ojos del omega se cerraron debido al placer que le causaba esa posición, pues sentía la polla del alfa más profundo.

—Mírame —escuchó la voz de Jungkook—. Mírame, pequeño.

Y él no pudo negarse, así que bajó su cabeza para mirarlo justo cuando el ojiazul plantó sus pies en la cama y levantó por la cintura a Jimin para comenzar a embestir fuertemente. El omega ya sentía sus piernas dolerle, así que agradeció el gesto de Jungkook para volver a follarlo.

Entraba y salía de su agujero rítmicamente, acompañados de los chasquidos que provocaban los muslos mojados de Jungkook al chocar contra su trasero.

—A-Alfa —gimió Jimin—. Estoy c-cerca, muy cerca...

Aquella petición tronó en los oídos de Jungkook, quien se apresuró a envolver con su mano el miembro del omega. El cual se levantaba orgulloso y chocaba contra el vientre del alfa en cada movimiento.

Le dio algunas sacudidas, delineando el glande de Jimin con su dedo pulgar. Bastaron algunos tirones para que el omega se corriera con un gemido alto, manchando el estómago del mayor.

Jimin tiró su cabeza hacia atrás al mismo tiempo que colocaba sus ojos en blanco y soltaba jadeos extasiados por el placer del orgasmo reciente.

Jungkook siguió penetrándolo, buscando su propia liberación. El agujero de Jimin se apretó a su alrededor y el calor envolvente logró hacer que soltara un fuerte gruñido.

Su nudo se formó, haciendo que quedara atrapado en el interior del omega. Las tiras de semen comenzaron a salir, corriéndose en el condón.

Bueno, él deseó haberlo hecho dentro de Jimin, vaciarse y ver su corrida salir de su agujero. Pero eso tendría consecuencias.

Por otro lado, el omega había comenzado a lloriquear debido al ardor de su entrada abriéndose para recibir el nudo del alfa. Él no creía que dolería tanto.

—Kook... —sollozó bajito—. D-Duele, duele —se quejó.

Jungkook acarició su espalda.

—Tranquilo, mi omega —exclamó bajito—. Ven aquí, pequeño.

Jimin se recostó sobre el pecho del alfa, sin importarlo lo pegajoso que estaba por su propio semen. Él enterró el rostro en su cuello hasta embriagarse de su aroma a whiskey.

Ambos cerraron los ojos, aún unidos por el nudo del mayor.

—Tengo sueño, Jungkook —anunció. Su cálido aliento causando imperceptibles cosquillas en el cuello del alfa.

Sintió suaves manos pasarse por toda la extensión de su espalda.

—Podemos tomar una ducha juntos y luego dormir, ¿cómo suena eso para ti? —preguntó el mayor en un suave murmuro, abrazando al menor por la cintura.

El omega asintió con su cabeza, dormitando mientras sus labios formaban un casi imperceptible puchero.

—Por supuesto, alfa. Eso me gustaría.

Así que, cuando el nudo hubo bajado por completo, Jungkook salió de su interior y quitó el condón con cuidado para luego tirarlo al cesto de basura que Jimin tenía al lado de su cama. El alfa lo levantó despacio y lo llevó cargando hasta el cuarto de baño.

Abrió el grifo del agua y reguló la temperatura hasta que creyó que era la correcta. Cuando volteó buscando a Jimin, lo encontró viéndose al espejo mientras tocaba con la punta de sus dedos las marcas violáceas que adornaban su cuello, sus hombros y su pecho desnudo.

Jungkook tragó saliva y se acercó despacio hasta que quedó detrás de él. Pasó sus brazos por su cintura y recargó el mentón en su hombro. Ambos se miraron a través del espejo.

—Yo... creo que me dejé llevar un poco —admitió, un poco tímido—. Sé que no debí hacerlas, yo solo... lo siento mucho, omega.

—Oh, no, no —se apresuró a decir Jimin, volteándose hasta quedar frente al alfa—. No me incomodan, Kook —él sonrió y besó la nariz del alfa—. Me gustan.

—¿Sí? —preguntó con un toque de ilusión que fue imposible de esconder. Jimin asintió con una sonrisa radiante.

—Sí, además... yo también dejé varias en ti.

Los dedos del más bajo recorrieron el cuello y pecho del mayor.

—Lucen increíbles —el castaño besó sus nudillos antes de tomarlo de la cintura y guiarlo hacia el agua caliente.

El omega se relajó cuando la calidez entró en contacto con su piel desnuda. Jungkook talló su cabello y el cuerpo tembloroso y cansado del menor, deshaciéndose de cualquier suciedad.

Su ducharon juntos, tomándose un poco más de tiempo al besarse debajo de la lluvia artificial.

El espejo se empañó y las sonrisas cómplices no se hicieron esperar mientras ambos terminaban por secarse.

Cuando salieron, Jungkook envolvió una de las toallas de Jimin en su cintura, estaba recogiendo su ropa mientras el omega se vestía con un short delgado y una de sus camisas grandes.

Jungkook se vistió con las prendas que tenía anteriormente porque había tomado un baño antes de recibir la foto de Jimin y prácticamente su ropa estaba limpia. A excepción de su bóxer, que tenía un ligero rastro húmedo por el pre semen. No lo utilizó de todas formas, se colocó el pantalón suelto de color gris y secó su cabello.

Él en realidad no sabía como decir lo que estaba por soltar ahora.

—Uhm, yo... voy a dejarte dormir —él le dio una sonrisa triste—. Nos vemos mañana, Jim. Buenas noches.

Jimin se encogió en su lugar y de repente se sintió estúpido porque creería que ellos dormirían juntos como una pareja. Sus mejillas ardieron.

—Oh, bueno —algo en su tono de voz hizo que el corazón del alfa se estrujara. Park apretó sus labios—. Es solo que, creí que dormirías aquí. Pero entiendo si prefieres tu habitación, ¿sabes? Así que, supongo que está bien.

—No quiero incomodarte.

El omega levantó su cabeza y negó ferozmente.

—Para nada —murmuró—. En realidad, me gustaría que durmieras aquí. Pero entendería si no quisieras hacerlo, prometo no sentirme mal...

—Amor —lo calló el alfa—. Lo haré, me quedaré contigo.

Y Jungkook lo besó cortamente en los labios para luego recostarlo en la cama y posicionarse detrás de él hasta abrazar su cintura. Los fuertes brazos del castaño lo sujetaron y luego sintió como olfateaba detrás de su oreja. Soltó suaves risas ante las cosquillas en su nuca.

—Creo que estoy soñando —Jimin admitió, después de un breve silencio.

—¿Por qué lo dices?

—Bueno, yo... No creo que esto sea real, tú aquí, en mi habitación —él sonrió con un leve rastro de tristeza—. Es demasiado bueno como para ser cierto, y creo que mi mente está traicionándome otra vez.

Jungkook besó sus cabellos.

—Puedes comenzar a creerlo —dijo él—. Porque yo lo estoy haciendo. Y cuando despiertes, yo seguiré aquí, tú seguirás aquí.

Una lágrima rebelde se deslizó por la mejilla de Jimin. Él la limpió rápidamente.

—Te creo, alfa.

El ojiverde cerró los ojos y descansó cuando Jungkook lo cubrió con su aroma, llenando la habitación con los dos, combinándose en un licor dulce.

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